Paginas: 34
Edición: 2002
"...a la maroma le gusta que llueva, le gustan las plantas, que crezcan la alegra. crece la maroma si llueve en su alegría. crece el secreto de la maroma porque su vientre no crece. se bambolea en su tristeza. la maroma es una soga." (reptilis: reptil; ballare: bailar) Sacudir lo que se arrastra, elevarlo. Pequeños sentimientos en pequeños seres lo son todo. Un hombre vestido de azul y una mujer que podría ser una soga adoptan un lagarto impostor que hace las veces de hijo y jardinero. No hay distinción neta entre lo concebible y lo posible, entre lo imaginario y lo empírico.
“Resulta imprescindible dar por terminado el extensísimo ciclo de hipocresía victoriana, para atravesar de una vez el siglo XX y ser contemporáneo. Escuchar a los dramaturgos. Su trabajo consiste en comprometerse con la realidad para comunicarla. Si esa realidad nos disgusta debemos cambiarla, no darle la espalda.” (Del prólogo de Marcelo Bertuccio).
$12.000,00
Paginas: 34
Edición: 2002
"...a la maroma le gusta que llueva, le gustan las plantas, que crezcan la alegra. crece la maroma si llueve en su alegría. crece el secreto de la maroma porque su vientre no crece. se bambolea en su tristeza. la maroma es una soga." (reptilis: reptil; ballare: bailar) Sacudir lo que se arrastra, elevarlo. Pequeños sentimientos en pequeños seres lo son todo. Un hombre vestido de azul y una mujer que podría ser una soga adoptan un lagarto impostor que hace las veces de hijo y jardinero. No hay distinción neta entre lo concebible y lo posible, entre lo imaginario y lo empírico.
“Resulta imprescindible dar por terminado el extensísimo ciclo de hipocresía victoriana, para atravesar de una vez el siglo XX y ser contemporáneo. Escuchar a los dramaturgos. Su trabajo consiste en comprometerse con la realidad para comunicarla. Si esa realidad nos disgusta debemos cambiarla, no darle la espalda.” (Del prólogo de Marcelo Bertuccio).